SI PRECEDE mi marcha a tu partida
para el mundo invisible del no ser,
y hay algo a la que la muerte sobreviva,
y queda una memoria del ayer:
si después de la efímera existencia
el espiritu flota en libertad
y nuestra voluntad no se doblega
al dominio de extraña voluntad;
entonces, cuando empiece de la tarde
el crepúsculo vago a oscurecer,
cuando el último canto de las aves
se vaya entre las sombras a perder,
entonces bajará mi pensamiento
con la trémula luz crepuscular;
si me recuerdas, sentirás un beso,
si me olvidaste, escucharás llorar.
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